… Parada en la 4ª Estación…

                                                              Nacer.Crecer.Vivir.Amar.

Fijaros bien, estas palabras son como el amor entre 4, como  personas que se necesitan, una de la otra para continuar…Creo que es un bonito comienzo, para lo que algunas veces suele ser lágrimas (y no de alegría precisamente…)

Quizá nuestros sueños, sean tangibles, se construyan de fino cristal, y con tan solo un suspiro, con tan solo una mirada hacia la experiencia del pasado, se resquebrajen en mil pedazos en nuestra mente…Sí…he visto sueños desvanecerse entre mis manos. Era como intentar contener arena en tus puños; al final se te acababa escurriendo. Quizá los sueños dejen de ser eso, simplemente sueños cuando se conviertan en metas. ¿Nunca habéis pensado esto? Que irónico…de pequeños nos esforzamos por negarnos al amor…y que al crecer seamos más de una vez negados por este…


Khalil Gibran “Si amas a alguien déjalo ir, si regresa siempre será tuyo, si no jamás lo fue” ¿Quién soy yo para contradecirlo? Además...para que mentir, si es así (una sonrisa asoma por los labios)


Debo decir que me hubiese gustado hablar de ello antes en pasado…me aventuraré a hacerlo ahora. Mentiría si diría que no sé de unos días en los que su recuerdo era en lo último que pensaba al acostarme y lo primero en recordar al despertarme. Era la recompensa tan deseada de llegar cansado a la meta. Era el Sol que se escondía detrás de cada nube en mi propia tormenta. A veces era como una partida de ajedrez eterna; donde cada cual buscaba poner en jaque el uno al otro. Aquellos días sentía que había vivido, que no me importaba tirar una piedra y no esconder la mano. Aquellos días… (suspiro y repentina sonrisa) Era…porque (risa) ahora es, pero sólo un recuerdo. Recuerdo que alguna vez me dijo “si te hizo feliz, no cuenta como un error” Y yo me lo creo. Ahora es mirar al pasado y tener algo por lo que sonreír. Un recuero lejano. Una última mirada. Cinco palabras. Mundo y medio. Amor.

Pasos Pisados

De vez en cuando… viene bien mirar las huellas que dejaste a lo largo de camino que recorres. La vida sería como si...como si nosotros fuéramos unas pisadas en la arena: dicen que “quien pisa fuerte dejará su huella”...sí, pero borradas tarde o temprano del recuerdo de los mortales, digo yo. Borradas por las olas y la brisa del mar. Borradas para que otras huellas deje así su marca y una y otra y otra...hasta que no haya más playa en la que dejar huellas...






¿Sabes? da igual el calzado que lleves, pues la huella es barrida por el viento o arrasada por el agua, como el desbordamiento de un río, en un deshielo veranal.Lo importante es como pises: mientras dure esa pisada…tan corta como una mirada… Por tu lado habrá habido otras pisadas. Amigos, enemigos, familiares y desconocidos incluso. Y lo esencial de eso; que tu hayas sabido acompañarles en el efímero camino de la vida. Pues si... la vida es un camino, donde nosotros somos las pisadas y que de vez en cuando convenía mirar atrás, como dije...pero tampoco por mucho tiempo; pues para escribir más de una frase tienes que poner un punto, no pensar si hay una coma que pueda hacerla interminable… Y encontraras muchas cosas créeme; algunas que ni siquiera esperabas, pero que estuvieron allí...y otras que no te extrañarán tanto, pues por eso podríamos dividir las huellas en 4 claros ejemplos:





         Ejemplo 1º-FAMILIARES: Pisadas que se entremezclan con las tuyas, que te ayudaron desde           siempre, que te aportaron lo necesario para crecer, desde tu primera pisada. Hay vidas en las que         estas pisadas…se desvían, otros en las que no hay…de eso hablaremos otro día…






            Ejemplo 2º-AMIGOS: Las huellas de unas pisadas cercanas, muy cercanas a las tuyas,que                   siempre te quisieron y apoyaron. Te sorprenderá quizás de algunas pisadas que esté algo                     alejadas y se desvíen; pues con el tiempo, la oscuridad cambia con la luz.






              Ejemplo 3º y quizá el más difícil de explicar-AMOR: El amor...huellas encima de las tuyas,               en el caso de que sea claro. También puede suceder que las huellas esté algo alejadas a las                   tuyas, pero quizás paralelas: es decir; que están allí y tú no lo sabes, no lo ves. Te                             preguntarás querido lector porque están alejadas? Pues por dos ejemplos:




                            1o. Están camufladas bajo el ejemplo 2, y tú los sigas viendo como un 2 no y no                                 como un 3.




                         2º.Ejemplo 4º (Volved a este punto tras haber leído antes el ejemplo último) Como                            íbamos diciendo, desconocidos, que gracias a la vergüenza (1001 veces maldita por                            cierto) pierdes posibles comienzos de historias felices, pues no he dicho finales                                  felices; ya sabéis esa tontería de “la historia más bonita no debería de tener un                                    final...” Tontería, porque al fin y al cabo en nuestra vida, todo tiene final, hasta esta                            última.



          Ejemplo 4º:

           Trata de desconocidos, amigos de amigos, compañeros, personal...etc...Resumiendo, personas            que nunca acabaste de conocer. Sus huellas son algo diferentes, no por ello sin mayor                        importancia que las anteriores, ya que recuerdo que pasamos la mayor parte del tiempo en su             compañía, por lo menos en las primeras etapas de la vida…





Hablaré, o intentaré hablar, de la importancia de cada uno...pero no puedo hacerlo, bien, cuando estás en diferente edad, el orden de importancia se altera; así como de pequeño lo primero es el el ejemplo nº 1, después el 2º y a veces se da el 4º.Pero del 3o, del amor en esa época no se habla, pues no se conoce bien.




De mayores suelen aparecer otras cosas que la gente codicia. No son nada de lo que hasta ahora hemos hablado, es decir no son "huellas" sino bienes materiales. Debo admitir que no siempre, pues todavía residen en este mundo personas sensatas que conocen el deseo del alma humana y no codician riquezas, pasajeras todas ellas, por cierto.